lunes, agosto 23, 2004

Para empezar, ¿como te llamas?

Hace unos meses leí esta carta al director en un periódico gratuito, me gusto, la recorté y ahí esta:

Cada mañana, todos los que madrugamos y cogemos los primeros trenes del día entramos medio adormilados en el vagón y nos sentamos en silencio. Curiosamente, siempre somos los mismos y parece que tenemos nuestros sitios asignados. Y pocos son los que se saludan después de ver las mismas caras en los mismos sitios y a la misma hora. Pero a lo que iba, ya sé que parecerá un poco infantil, pero donde yo me siento también lo hace una chica que, no sé como, ha acabado por gustarme, y mucho. La veo todos los días desde hace unos meses, y cuando no coincidimos es como si me faltará algo. A estas alturas, con lo tímido que soy, me da corte decirla nada. así que seguiré, anónimo, sentado frente a ella, mirándola con ojos de ternero. Y ahora puede que ella esté leyendo esto en el tren, conmigo ahí, y si esta carta sirve de algo, quizá levante la vista, se encuentre conmigo y me dé el impulso que necesito para decir unas pocas palabras, como, por ejemplo, para empezar, "¿como te llamas?".

PD: Me decía un amigo que es algo muy habitual en el metro de Francia y se llama “la drague”, la seducción, más o menos, dejas mensajes en periódicos, un número de móvil si un día os quedasteís mirando... Y yo me pregunto, a estas alturas, ¿sabrá como se llama?, ¿le diría algo más?, o seguirá siendo la desconocida que se sentaba enfrente de él.


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